El ascenso de Virginia Fernández a la gerencia general de Industrias Alimenticias Hermo de Venezuela está pleno de primeras veces. Es la primera mujer que asume el cargo desde 1963, cuando la marca de embutidos comenzó sus operaciones como fabricante de jamones en el país. Es también la primera venezolana que llega a esta posición desde los años 90, cuando el Grupo Nutresa –el holding de empresas de alimentos más importante de Colombia– adquirió la compañía. Y, de paso, es ella quien abre camino a los que provienen de áreas distintas a las de Venta o Finanzas, porque lo suyo siempre ha sido el talento humano. La ruptura de estas tres condiciones la convierten en una pionera dentro del negocio que dirige desde octubre de 2023.
“Ha sido una historia de crecimiento personal y profesional”, resume Fernández la experiencia dentro de Hermo, la firma a la que arribó hace casi 30 años, cuando trabajaba en la administración pública y decidió explorar cómo funcionaban los recursos humanos en la empresa privada. Lo hizo aun cuando todo se ponía en contra e incluso cuando su padre cuestionaba su decisión: tendría un sueldo menor, trabajaría fuera de Caracas (en la planta de los Valles del Tuy) y con condiciones laborales distintas a las que entonces gozaba al estar en una institución del Estado.
Pero de nada se arrepiente, y menos ahora: fue en los Valles del Tuy donde conoció a su esposo y padre de sus dos hijas, que también nacieron allá, en Charallave. Y es en Hermo en donde ha tenido mentores y compañeros que la han guiado y apoyado para llegar a donde está.
Fue en esta empresa también donde auparon el liderazgo femenino a través de un programa permanente de formación promovido por el Grupo Nutresa.
“Me acuerdo que, en algún momento del programa, un líder importante del Grupo decía en una charla que las mujeres son las que creen que no están preparadas para ocupar la posición. O sea, ellas mismas se ponen el límite. Eso a mí me quedó como sonando. Y es verdad, uno de repente llega a la posición y cree que todavía no está lista porque somos muy autoexigentes. Y puede ser que no estemos 100% listas, pero eso no nos impide a seguir adelante y a hacer el trabajo y a construir con otros”, afirma.
A partir de esa experiencia y de una carrera en la compañía que la llevaba a posiciones cada vez más cercanas a la gerencia general, comenzó a participar en proyectos de Hermo y de la empresa matriz que abarcaban áreas distintas a la suya y que la prepararon para asumir su cargo.
Desde que comenzó sus estudios universitarios en Relaciones Industriales, cuando tenía 18 años, Fernández sabía que lo suyo eran las relaciones con la gente, los vínculos, la posibilidad de ser un puente para el trabajo en equipo y contribuir en la construcción de objetivos y metas. Al iniciar en el campo laboral, asumió rápidamente posiciones de responsabilidad y liderazgo y siguió con un postgrado en Gerencia de Relaciones Industriales.
“En la medida en que yo fui escalando posiciones dentro de la organización, yo veía tantas posibilidades de tener una visión mucho más amplia y mucho más estratégica del manejo del negocio. Entonces, me fui interesando y preparando más”, comenta la gerente general de Hermo que también hizo un posgrado en Administración de Empresas en la Universidad Metropolitana.
A esa voz interior que le decía que sí podía hacer más, se sumó la de un profesor de posgrado y la del ex gerente general que se convirtió en su mentor. Ambos la veían como una líder inteligente y capaz de tomar la riendas de la compañía de embutidos en Venezuela. Finalmente, el voto de confianza llegó y asumió el rol más importante de su carrera hasta ahora.
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Rasgos de una líder
En esa visión más amplia y estratégica que tenía presente Fernández antes de asumir la gerencia general de la compañía de embutidos, están las claves de su liderazgo. Desde su experiencia, hay diferencias entre cómo los hombres y las mujeres dirigen una organización.
Una de esas distinciones es lo que Fernández llama “la mirada sistémica”. “Yo creo mucho en trabajo colaborativo, o sea, no me gusta la competencia, me gusta la colaboración, la construcción conjunta. No quiero generalizar, pero he sentido que los hombres a veces compiten por encima de otros y para mí eso no funciona”, apunta.
Opina que el líder no tiene por qué tener siempre la última palabra o destacar por encima del resto. “Si el resultado se da, si logramos el objetivo, y el equipo lo hace muy bien, el líder se está iluminando solo porque ha formado parte de ese resultado también”.
También señala al vínculo humano como otra característica del liderazgo femenino. “No lo digo por mí, sino que aquí en Hermo nos gusta escuchar a la gente, nos gusta entender lo que están sintiendo, nos gusta hablarle claro a la gente, sea positivo o no tan positivo, pero nos gusta eso, la franqueza, la claridad, y yo siento que eso lo aprecia la gente”, recalca quien añade que no se pueden perder de vista los resultados.
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Otro punto que destaca Fernández es que las mujeres líderes orientan sus resultados de forma distinta, con un propósito que persigue dejar una huella. “Yo siento que el liderazgo femenino tiene ese sello. No es solo ocupar un cargo o tener una mejor remuneración, que son importantes, sino que va más allá. Es hacerlo por un propósito superior”, acota.
Para Fernández, las líderes femeninas son más comprometidas y trabajadoras. “Digamos que estamos como preparadas, ya desde niñas, a asumir la responsabilidad del hogar, de los hijos (…) Hay un diseño particular, una estructura en la mujer que nos da fortaleza, nos da tenacidad para seguir adelante con todos los compromisos que nos ponemos y trazamos”, resalta.
Otro rasgo clave es el alto nivel autoexigencia de las mujeres, que a veces juega en contra. “Hay bajarle el tono a esa voz interna que te dice que puedes fracasar, bajarle la intensidad, y elevarle el volumen a la otra voz que te dice: sí lo puedes hacer, date el permiso, equivocarse es de humanos. Eso los hombres no lo piensan”, asegura.
Finalmente, Fernández destaca la inteligencia emocional femenina. Indica que las mujeres tienen mejor manejo de las emociones que los hombres, y esta es una herramienta poderosa al momento de liderar. Lo sabe porque también está certificada como coach organizacional y coach de bienestar.
“Hay personas que hablan del autocontrol o de controlar las emociones. Las emociones no se controlan, se manejan, se identifican, se gestionan. Y en la medida que tú estás atento, que te observas a ti mismo, puedes también ser un mejor observador de otro y generar las conexiones que se necesitan para un mejor entendimiento, para llegar a puntos de vista o de encuentro”, insiste.
Espacios para construir, conversar y denunciar
Fernández revela que, recientemente, en Hermo se hizo una medición de clima laboral y el resultado fue muy positivo: 99% de los encuestados confía en la gerencia y en la orientación de la organización.
Pero más allá de esa medición, hay espacios que la empresa ha activado para construir y conversar con sus empleados. Y la apuesta de Fernández va justo en esa dirección.
“Nosotros hacemos muchos espacios de comunicación donde informamos cómo vamos, escuchamos a las personas. Y a mí me gustan mucho las reuniones, sean las de mi equipo directo o de cualquier proyecto o actividad que se esté realizando. Me gusta que haya diferentes voces”, señala.
Por eso le insiste a su equipo en tener una visión sistémica y más amplia. “Si nosotros nos quedamos solamente con la propia mirada, o sea, mi pedacito, nos perdemos un mundo de posibilidades. Me gusta que tomemos decisiones de manera colectiva porque enriquece, la mirada es totalmente distinta”.
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Esa mirada hizo que Fernández impulsara “Estrategia en Acción”, un encuentro mensual híbrido (presencial y online) en el que se convoca a toda la empresa para contar el desempeño en el mes. Allí, los responsables de cada proceso exponen lo que hicieron, mientras que los colaboradores pueden hacer preguntas y propuestas sobre los resultados.
Además, en Hermo hay reuniones semanales de cada equipo, convocatorias al término de cada trimestre del año, espacios para hacer seguimiento de estrategias (también impulsado por Fernández) y una gran asamblea anual en la cual se divulga la estrategia del año siguiente.
Tanto en Hermo como en el Grupo Nutresa están muy presentes las políticas inclusivas, subraya Fernández.
“Nosotros no distinguimos, para efectos de contratar a alguien, por sexo. Nosotros seleccionamos y medimos capacidades, competencias, desafíos profesionales. Y, tanto es así, que nosotros hoy tenemos casi una relación equitativa entre personal femenino y masculino. Pero lo que me parece a mí más significativo es que del personal supervisorio, de liderazgo, o sea, coordinadores, jefes, gerentes, son más mujeres que hombres”, cuenta orgullosa la gerente general sobre el ambiente de equidad que se ha creado en Hermo.
Finalmente, hay un espacio para la denuncia que fue creado por el Grupo Nutresa. Se trata de la “Línea Ética”, que recibe de forma confidencial los señalamientos por temas de acoso sexual, acoso laboral, corrupción, o cualquiera que esté fuera de la normativa interna o legal. En Venezuela, la línea funciona por medio de Whatsapp y las denuncias se comunican a los gerentes generales o de recursos humanos, quienes investigan de forma discreta cada hecho y toman medidas de acuerdo con su gravedad.
En menos de dos años, Fernández se siente muy satisfecha con lo que ha logrado. “El reto se hace más bonito, más entretenido, con un equipo de gente extraordinaria, profesional. Nosotros, de verdad, vibramos con lo que estamos haciendo”, dice la gerente, quien no desmerita el desafío que significa mantener andando una empresa en un país que interpone distintos obstáculos cada día. “Creemos que sí podemos hacer una diferencia y que podemos crecer como compañía y hacer futuro”, completa.
Cuando llegue el momento de irse de Hermo, Fernández quiere ser recordada por su legado. “Quiero dejar huella, ver crecer a Hermo, verlo grande, importante, que como empresa forme parte del crecimiento de este país. Y quiero ver crecer a la gente que ha formado parte de esta organización, que se compromete todos los días, que da lo mejor de sí”, concluye.
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