Las historias de violencia obstétrica en hospital de Barcelona que las mujeres callan para proteger a sus bebés - Runrun
Las historias de violencia obstétrica en hospital de Barcelona que las mujeres callan para proteger a sus bebés
En el caso de Ailyn esta violencia también tocó sus necesidades emocionales y afectivas, puesto que no fueron consideradas ni atendidas durante el proceso

 

 

Ailyn Morales soñaba con escuchar el primer llanto de sus gemelos Jusué y Jehan, pero el día que nacieron sólo uno de ellos lloró. Cuando ella preguntó por el segundo de sus bebés, quienes la asistían en el parto le aseguraron que había llorado y que ella no lo había escuchado. Violencia obstétrica

La joven, de 21 años de edad, tenía ocho meses y tres semanas de embarazo cuando comenzaron las primeras contracciones. Su médico tratante le había fijado como fecha para hacerle una cesárea el 15 de abril; sin embargo, dos semanas antes rompió la fuente.

Ella, quien vive con su pareja Jehan Carlos Rodríguez en el sector Barrio Obrero de Clarines, zona oeste del estado Anzoátegui, coordinó con su ginecólogo para que el nacimiento de sus hijos fuera en el Hospital Luis Razetti de Barcelona; y, debido a la dificultad que enfrentan para salir del sector por la falta de transporte público, acordaron que antes de la fecha se mudarían, temporalmente, a la residencia de un familiar ubicada más cerca del puesto asistencial. Pero, los planes cambiaron cuando el parto se adelantó.

“El 2 de abril a las 9 de la mañana tenía dolor de vientre y llamamos al doctor. Le dijo que se acostara y guardara reposo para esperar la cesárea. Cinco horas más tarde nos tocó correr y resulta que el ginecólogo estaba fuera de la zona, por lo que tuvimos que entrar por la sala de urgencias del Hospital Luis Razetti y esperar a que el especialista de turno la atendiera”, contó Jehan.

Pese a tener el informe médico que sugería la cesárea y contaba con su control prenatal, Ailyn parió y le practicaron fórceps, dijo su esposo. Narraron que cuando mostraron la sugerencia de césarea a unas enfermeras de emergencia, estas les comentaron en tono de burla que si se creían médicos.

El fórceps se utiliza para ayudar a salir al bebé por el canal del parto, y la utilización de está técnica sin el consentimiento informado y sin que quede la constancia en la historia médica, también es violencia obstétrica y una es una acción que afecta a las mujeres, no solo en la dimensión física (aplicación de procedimientos en su cuerpo), sino en lo emocional y psicológico en un momento de tanta vulnerabilidad como lo es el parto y nacimiento.

Prefieren callar  

Los dos bebés, durante las primeras horas de nacidos, estuvieron juntos en una sola incubadora. El papá contó que uno de ellos lloraba y el otro permanecía inmóvil. Al ver que el más pequeño no respiraba, notificó a los galenos y éstos le pidieron que saliera de la sala de Cuidados Neonatales. Media hora más tarde, le informaron sobre la muerte de uno de los niños.

La pareja entró en desesperación y hasta ahora no han recibido una respuesta clara de lo ocurrido. En aquel momento ambos jóvenes sabían que algo no estaba bien, pero prefirieron callar. 

Cuando los familiares de la pareja comenzaron a averiguar qué había ocurrido, les entregaron un informe médico en el que los galenos de turno especificaron que la joven no contaba con control prenatal, a pesar de que eso fue lo primero que mostró al pisar la puerta del centro asistencial.

En el caso de Ailyn esta violencia también tocó sus necesidades emocionales y afectivas, puesto que no fueron consideradas ni atendidas durante el proceso. 

Al respecto, la psicóloga Laura Vera, quien tiene 17 años de experiencia, explica que  una consecuencia de callar y no canalizar este tipo de acto asoma la posibilidad de atravesar por cuadros depresivos después del parto.

“El cambio de humor muchas veces se torna incontrolable y podría generar irritabilidad en el grupo familiar, por ello es recomendable que acudan a un especialista, y que luego sean guiados para procesar legalmente la denuncia con el fin de hacer valer sus derechos constitucionales”, resaltó Vera.

Este tipo de casos, son los que menos se ven en una consulta privada, “pero eso no quiere decir que no esté ocurriendo, por eso es necesario que en los centros asistenciales cuenten con consultas de psicología gratuitas para pacientes, algo que hace unos cuantos años atrás existía y que ahora ha sido suspendido junto con la paralización de las consultas electivas del Hospital, donde solo atienden las emergencias hasta nuevo aviso”, expresó.

*Puede leer la historia completa AQUÍ, en donde se indica que estas y otras historias son comunes en el hospital de Barcelona en donde Ailyn dio a luz, pero las mujeres temen denunciar por represalias.