Si observamos el mapa mundial de remuneraciones, identificamos que en Latinoamérica el salario mínimo (SM) mensual oscila entre 200 y 450 dólares; en la Unión Europea el promedio se ubica en 1000 euros mensuales; en EE. UU. se identifica un promedio de 12 a 14 dólares por hora y 1800 $ al mes. Hasta China, que pagaba 0,67 $ la hora a inicios del siglo XXI, ha incrementado a 6 $ la hora. Este indicador sirve de referencia para los montos de pensiones y jubilaciones en los países mencionados.
Por supuesto que todo esto lo sabe la camarilla de un régimen que, desde la primera década de este siglo, se trazó la meta criminal de demoler el valor del trabajo, de pulverizarlo para convertirlo en mecanismo de control social. La tiranía sabe que los Bs. 7 millones de SM y Bs. 3 millones de CestaTicket, para sumar 10 millones de bolívares, no alcanzan ni para un kilo de queso o un cartón de huevos.
Por tanto, las cifras de aumento de salario mínimo en Venezuela son una ficción al solo significar (al 4 de mayo de 2021) 3.5 dólares como SM mensual, el último en el escalafón mundial.
La “meta de vida” de Maduro: burla y hambre
Para el trabajador venezolano el monto refleja el descaro y menosprecio de Nicolás Maduro al anunciar la medida mediante esta declaración: «Me he propuesto la meta de que en el año 2021 nosotros vamos a recuperar al más alto nivel el salario mínimo, el salario social, el salario mínimo integral, todas las contrataciones colectivas y la vida de la clase obrera venezolana. Y me propongo esto como meta de vida». La perla la dijo en un encuentro con trabajadores públicos a propósito del Día Internacional del Trabajador 1/5/2021.
La devaluación como moneda de cambio
En primer lugar, el trasfondo de la medida del autócrata, de aumentar el SM discrecionalmente, es mantener solapadamente al dólar como moneda de intercambio. El gobierno, receptor monopólico de la moneda norteamericana en el mercado, al recibir las divisas las convierte en salarios y pensiones devaluados diariamente en bolívares, garantizándose la mano de obra calificada más barata del planeta. Entre tanto, los precios de todos los productos y servicios del mercado son tasados en dólares.
Ello explica la deliberada devaluación, minuto a minuto, del bolívar. Sin paliativo alguno para el ciudadano. Una práctica delictiva que impera desde la conversión del bolívar al “bolívar fuerte” en 2008 y luego al “bolívar soberano”, desde 2018 hasta el presente 2021.
Mareando a la OIT
En segundo lugar, este aumento del SM pretende dar respuesta a la decisión tomada por el Consejo de Administración de la OIT del pasado 27/3/2021, quien dio un plazo hasta el reciente 3/5/2021 para implementar las recomendaciones de la Comisión de Encuesta en torno al cumplimiento de los convenios 87 de Libertad Sindical, 26 de fijación de salarios mínimos y 144 de consultas tripartitas. Así como el requerimiento del director general, Guy Ryder, de que informe si efectivamente fueron convocadas las organizaciones de empleadores (Fedecámaras) y centrales sindicales a fin de cumplir con los convenios.
Como podemos ver, es una encomienda que no ha cumplido el régimen autoritario. Esto hace prever que para la 109.ª Conferencia Anual de la OIT, a reunirse en Ginebra en junio 2021, se podrían tomar decisiones cruciales frente a las violaciones reiteradas a lo largo del siglo XXI contra trabajadores y empleadores, que pudieran implicar su tratamiento en la Corte Penal Internacional (CPI) de la Haya.
Enroque ministerial y fascismo estatal
En tercer lugar, conjuntamente con la decisión del aumento del SM, se ha realizado un nuevo enroque de ministros; desgastada práctica que se agrava al poner en el Ministerio de Educación al ahora exministro del Trabajo, Eduardo Piñate; y en el Ministerio del Trabajo a un ex viceministro de esta cartera, José Ramón Rivero, cuyo oscuro pasado augura mayor ideologización de las relaciones de laborales. Una clara maniobra para arreciar el control y acorralamiento de la dirigencia sindical superviviente.
Esta orientación se reafirma con la convocatoria, para el próximo fin de semana, a un fulano Consejo Nacional de la Clase Obrera, cuya intención es afianzar los «consejos productivos de trabajadores». Estos tienen como objetivos fundacionales, y declarados, la sustitución paulatina de los sindicatos y gremios, y la reducción de los convenios colectivos a documentos ideológicos de solidaridad plena con el Estado “revolucionario”. Como podemos observar, nada nuevo en el contexto del fascismo y del corporativismo estatal.
Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es
