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¿Dónde quedó el desarrollo anunciado?
Vale aludir la mutación del concepto de desarrollo, particularmente bajo la dinámica de la tecnología

 

@ajmonagas

En principio, es necesario referir el concepto de “desarrollo” para tener una idea algo justa de su significación e implicaciones. Vale comenzar aludiendo a la mutación de tan manido concepto. Particularmente por la dinámica de los tiempos, moldeados la tecnología.

Ello desde luego, en virtud de múltiples avatares que han delineado tendencias de la sociedad de cara a necesidades impulsadas por un mercado compulsivo y desordenado. Carente de brújula en cuanto a criterios mercantilistas disociados respecto de lo que sus factibilidades inducen en la vida económica, cultural y política del hombre en comunidad.

Así se tiene que los rezagos de la Segunda Guerra Mundial motivaron distintas teorías que buscaban describir el “subdesarrollo” como consecuencia de la ausencia de estrategias ordenadas. Y, en consecuencia, el “desarrollo” apuntaría teóricamente a un mundo más organizado, eficiente y eficaz en muchos aspectos.

Las teorías del desarrollo

Se discutieron teorías que configuraban procesos específicos que debía comportar el crecimiento económico y social de naciones. Pero que demostraran además capacidades de adaptación a nuevos paradigmas de productividad. Igualmente, que tuvieran niveles aceptables de educación conjugados a potencialidades económicas y sociales.

En el fragor de estas realidades se crearon organismos multilaterales cuyos manejos institucionales respondían a intereses de espectro internacional, es decir, a llamados geopolíticos y económicos. Sus objetivos apuntaban, y siguen así dirigiendo sus respectivos esfuerzos, a impulsar el desarrollo económico y social de naciones esperanzadas en mejorar sus niveles de crecimiento y progreso.

De esa forma, se adelantaron conceptos de desarrollo diferenciados, especialmente, a partir de múltiples manifestaciones fácticas. Sin embargo, en principio esos conceptos consideraban escasamente el nivel de pobreza de los países menos capacitados para alcanzar un grado superior de su desarrollo.

La distorsión política

La dinámica política hizo que el concepto de “desarrollo” se comprendiera de distinta forma. Particularmente, al darle más importancia a la integración de factores dirigidos a compenetrar más la población en problemas sociales y económicos enmarañados. Así, “desarrollo” comenzó a posicionarse como una condición de trascendental importancia.

Por ejemplo, en círculos académicos ha venido hablándose de razones que enfatizan en la interpretación de las realidades. De cómo sortear las dificultades que atascan el liderazgo, la creatividad, el emprendimiento y la competitividad, fundamentalmente. Estos son más integradores que factores de interés meramente economicistas y administrativistas.

En virtud de interesantes enfoques que han tendido a construir un nuevo paradigma sobre el cual podrá sustentarse un nuevo concepto de “desarrollo”, se han planteado consideraciones que tocan intereses y necesidades de razón cultural, ambiental, política y social. Todas, arraigadas en las comunidades del territorio objeto de desarrollo.

La responsabilidad de los líderes

De atenderse estas consideraciones, sería posible alcanzar alguna cota de desarrollo que supere estadios anteriores. Aunque frente a situaciones asediadas por precariedades como las arriba descritas, cualquier esfuerzo de desarrollo se torna imperceptible. Incluso, confuso. Por tanto, se convertiría en un pesado factor de atraso que se enraizaría aun más al subdesarrollo como condición, donde quedan aprisionados cuantiosos esfuerzos.

De marginarse la incidencia que actores sociales connotados puedan realizar ante el trazado de propuestas de “desarrollo” como objetivo sociopolítico, basadas las competencias de esos actores en experiencias, visiones, iniciativas y expectativas, entonces el “desarrollo” será una realidad más temprana que tarde.

Asimismo, lo referente a programas de transferencia de tecnología. Las inversiones que demanda el asunto en cuestión incidirán favorablemente en la determinación del “desarrollo” planteado. De lo contrario, seguirá el ciudadano preguntándose: ¿dónde quedó el desarrollo anunciado?

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