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Gorbachov: seis años que estremecieron al mundo
Mijaíl Gorbachov será reconocido por la historia como un político valiente. Descalificado Xi Jin Ping y Putin, pero aclamado por Occidente y por el mundo democrático

 

@froilanbarriosf

El fallecimiento de Mijaíl Gorbachov resalta la desaparición de uno de los estadistas más importantes del convulsionado siglo XX. Sus políticas cambiaron el curso de la historia mundial que lucía inamovible en el contexto de la Guerra Fría, signada por la confrontación permanente entre la URSS, los EE. UU. y la Europa occidental.

Desde que llegó al poder en 1985 al designarlo la cúpula del Kremlin como secretario general del Partido Comunista, Gorbachov reconoció el estancamiento de la economía soviética y la necesidad de reorganizarla. Mediante sus propuestas identificadas bajo los términos glásnost (liberalización, apertura, transparencia) y perestroika (reconstrucción), se abrió un proceso de transición de la ruinosa economía soviética a una incipiente economía de mercado. Corría el final de la década de los 80 y comenzaban los 90.

Para nadie era un secreto que la URSS se encontraba en la ruina más abyecta. Desabastecimiento, mortalidad infantil, baja productividad, productos de mala calidad, entre otras calamidades signaron el hundimiento y posterior desaparición del sistema soviético. Un régimen defendido solo por las viudas del estalinismo, quienes llevaron al exterminio a millones de seres humanos en todo el planeta a lo largo del siglo XX, y en el actual siglo XXI, mediante la conformación de guerrillas, montoneras y revoluciones caricaturescas. Todas, conducidas bajo las promesas del paraíso revolucionario del fraudulento “socialismo real”.

Por tanto, se puede afirmar que las políticas de cambio de Gorbachov permitieron ahorrarle tiempo y más desgracias tanto al pueblo soviético, como a la humanidad entera. Un estadista que consagró el fin anticipado e inevitable de un régimen perverso que edificó un sistema de control policial de la sociedad, y al mismo tiempo la instauración de una prisión de pueblos; los mismos que constituyeron, ante la disolución de la URSS en diciembre de 1991, numerosas repúblicas independientes y soberanas existentes hasta el presente. 

En efecto, este insigne político ruso no solo reconocía la quiebra de la economía. Igualmente era crítico y planteaba que la única vía para salvar el socialismo era instaurar la democracia. Asumía esta como antídoto de la burocracia del PCUS, quienes de la mano de sus antecesores Leonid Brézhnev, Yuri Andrópov y Konstantín Chernenko, solo implementaban la política del garrote y del terror para silenciar cualquier disidencia, penada con la muerte o con los gulags en Siberia. Esas atrocidades se extendían a todos los países del Pacto de Varsovia de la Europa del Este, secuestrados bajo la tenebrosa cortina de hierro derrumbada con la caída del Muro de Berlín en 1989.

Consecuente con sus propuestas promovió la libertad de prensa, la libertad de expresión, en fin, el derecho a la disidencia. En cuanto al Estado, impulsó medidas de descentralización tanto en la producción y en la autonomía de las repúblicas. En el escenario internacional su intervención fue decisiva en la unificación de Alemania, en la firma de los acuerdos de desarme nuclear con Ronald Reagan y en la apertura al mundo occidental, aportes que le merecieron el Premio Nobel de la Paz en 1990.

Su atrevimiento es duramente cuestionado por sus detractores, entre ellos la China comunista, quien lo culpa de destruir a la URSS; al igual que Putin, quien no asistió a su entierro aduciendo tener copada su agenda. Pero al mismo tiempo una mayoría del pueblo ruso lo recuerda gratamente por haberle concedido la libertad, ya que jamás Rusia conoció la democracia. De siglos de zarismo pasó al estalinismo, conoció un respiro de libertades con Gorbachov y Borís Yeltsin, para luego retroceder a la dictadura de Putin.

Todo a su tiempo, Mijaíl Gorbachov será reconocido por la historia como un político valiente. Descalificado por la China de Xi Jin Ping y despreciado por la Rusia dirigida por el ex KGB, es aclamado por Occidente. Y, sobre todo, por el mundo democrático.  

*Movimiento Laborista.

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