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Nuevo Ideal Nacional, cuando la economía relegó la política
El Nuevo Ideal Nacional dejó ver una economía de boyante dinámica y firme ascenso. Sin embargo, aquel noviembre de 1957 fue el inicio de su fin

 

@ajmonagas

Intentar una disertación que refiera la situación de cuando la economía relegó la política, lleva a historiar las causas que motivaron al estudiantado universitario venezolano a tomar las calles el 21 de noviembre de 1957. Ello fue en protesta contra el régimen político del general Marcos Pérez Jiménez.

La dictadura militar de Pérez Jiménez, para el segundo semestre del año 1957, ya había comenzado a “hacer aguas” como modelo de gestión gubernamental. Había entrado en un periplo donde los desequilibrios políticos venían trastornando los procesos económicos. Estos, hasta entonces, dejaban ver una economía de boyante dinámica y firme ascenso anclada en la doctrina del Nuevo Ideal Nacional. Sin embargo, aquel noviembre fue el inicio de su fin.

En aquel momento económico el Banco Central de Venezuela registraba indicadores –como el Producto Territorial Bruto, el ingreso per cápita y el PIB–, que mostraban una movilidad de la economía superior a las del resto de los países de América Latina.

El Producto Interno Bruto venezolano, PIB, llegó a crecer de 18.000 millones de dólares norteamericanos, en 1950, a casi el doble, o sea, a más de 32.000 millones en 1957.

De acuerdo a la Organización de Naciones Unidas, ONU, la renta media por persona era la mayor de América Latina, y la cuarta del mundo detrás de Estados Unidos, Inglaterra y Francia. Por tanto, Venezuela apuntaba a convertirse en una respetuosa potencia regional.

Sin embargo, el ejercicio político que venía dejándose ver durante ese mismo período desembocó en serios problemas que hartaron la paciencia y tolerancia del venezolano. Desde el forzado arribo del general Pérez Jiménez en 1952 a la presidencia del país, se acentuaron problemas sociales y políticos. La creación de organismos que respondieran por la seguridad política terminó recrudeciendo la opresión que venía arrastrándose años atrás.

Nuevo Ideal Nacional en desencuentro con la política

La férrea manera de gobernar hizo ver a Pérez Jiménez cual mero dictador. Su estilo de ejercer el poder no tuvo reparos en medidas tomadas para controlar a la población, lo que supuso una cruenta represión.

El Nuevo Ideal Nacional, que derivó en la doctrina del Bien Nacional, sirvió para de cimiento de decisiones de orden político y económico. Desde un principio, no hubo mayor imbricación entre ellas, no solo en cuanto a los conceptos que asentaron su conversión en hechos. Sino también en cuanto a los procedimientos emprendidos, toda vez que los mismos ocasionaron serios conflictos políticos, cuyas molestias justificó el aumento de sus protestas.

Los partidos políticos que se atrevieron a impugnar públicamente las medidas políticas fueron víctimas de fuertes abusos. Sus dirigentes se vieron furiosamente perseguidos, incluso se acometió la eliminación física de muchos de ellos. La represión recrudeció en todo el país y se enfiló además contra líderes sindicales y estudiantiles.

La Universidad no escapó de la represión

Las universidades nacionales fueron objeto de frecuentes allanamientos, perpetrados sin escrúpulo alguno. Se hostigó y acusó a estudiantes que expresaran su disentir respecto del régimen dictatorial. Tan abusivas prácticas se acentuaron a lo largo de la década de los cincuenta, dominada por la dictadura perezjimenista.

Tan dura fue la represión ejercida por organismos gubernamentales, como la temida Seguridad Nacional o los toscos pelotones de las Fuerzas Armadas Nacionales y de las Policías regionales y locales, que la decepción y el malestar cundió entre la población. Incluso pese a la gratitud por el progreso material que ciertamente vino impulsándose al ritmo de una ambiciosa política de infraestructura. La misma se tradujo en obras públicas de gran envergadura que comenzaron a darle una nueva imagen al país. Particularmente, a la capital.

Entrado el mes de noviembre de 1957, el alto gobierno tomó la decisión de realizar un plebiscito. Se hizo con la idea de legitimar al dictador en el poder durante cinco años más. Pero resultó ser la “gota que derramó el vaso”. No hay duda de que dicha determinación, anunciada el 4 de noviembre de 1957 por el mismo presidente ante el Congreso Nacional, fue la causa que indujo un descontento nacional. Con ello, la dictadura cruzó una línea, que la población no estuvo dispuesta a aceptar.

Del 21 de noviembre (Día del Estudiante)

Días más tarde, los estudiantes de la UCV se declararon en huelga y organizaron fuertes protestas públicas contra el plebiscito, lo que generó reiterados despliegues de la Seguridad Nacional. A las marchas se suman liceístas, lo cual les da un giro más sonoro a las protestas. Otras universidades situadas en ciudades como Mérida, emulan las acciones de protesta.

La represión emprendida contra el estudiantado superó los límites acostumbrados. Incluso, constituyó una soez intrusión a los predios de la Universidad Central de Venezuela. Fueron detenidos más de 200 estudiantes.

Un día antes del 21 de noviembre, la represión alcanzó cuotas de sangre entre los estudiantes participantes de las protestas en los alrededores de la UCV y en su propio recinto. Entonces el Consejo Supremo Electoral dicta tajantemente la medida del plebiscito para el 15 de diciembre.

Desde el 21 de noviembre, el país ardió extendidamente en respuesta a la arbitraria decisión, organizada con la intención de darle el beneplácito del poder político al dictador. Pero la población, acicateada por la Junta Patriótica que venía ejerciendo un importante papel de convocatoria nacional, hizo un llamado al Ejército venezolano a velar por la obediencia a la Constitución nacional ante lo que se consideraba una violación a la misma.

Pocos advirtieron que la vía expedita de salir de aquella dictadura la habían esbozado los estudiantes en las calles. Así que, en adelante, fueron días duros para Venezuela, aun cuando el país se benefició del aventón económico y modernización alcanzados en el quinquenio de férrea dictadura militar. Fueron tiempos contradictoriamente vividos, como cuando la economía relegó la política.

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